Las historias de
doppelgängers fascinaron a los románticos: Hoffmann le dedica muchas páginas. Shelley creyó ver el suyo antes de morir. También su esposa Mary, soñó un moderno Prometeo.
Cortázar, hijo de la modernidad, afirma que Baudelaire y Poe fueron
doppelgängers.
No existe mayor mérito previo para una traducción que el ser hecha por un escritor consagrado. Por ello, es gratificante para muchos lectores hispanos de Edgar A. Poe lucir el prolijo subtítulo poco usual (pues el nombre del traductor siempre por tradición figura en la página legal) que adorna la portada de las Obras Completas de Poe: «Traducción de Julio Cortázar».
La Universidad de Puerto Rico encargó a Cortázar, traductor de profesión y oficio, la famosa traducción de la obra completa de Poe que se publicó en 1956, antes de su consagración con "Rayuela". Décadas antes, un joven Charles Baudelaire, por admiración a Poe, tradujo sus cuentos al francés. Octavio Paz con mucho acierto dice que Baudelaire introdujo la modernidad a la literatura; quizá también porque tradujo a Poe, figura inequívoca de la modernidad.
Charles Baudelaire y Edgar A. Poe vivieron en distintos puntos de la urbe europea y estadounidense, en aparente simultaneidad por 28 años. Tal vez por eso, Julio Cortázar cree que fueron dobles:
«Baudelaire se obsesionó bruscamente con los cuentos de Poe a tal punto que la famosa traducción que hizo fue un tour de force extraordinario, ya que no era nada fuerte en inglés y en la época no había diccionarios con modismos norteamericanos.
Sin embargo Baudelaire, con una intuición maravillosa, jamás falla. Incluso cuando se equivoca en el sentido literal, acierta en el sentido intuitivo; hay como un contacto telepático por encima y por debajo del idioma. Y todo esto lo he podido comprobar porque cuando traduje a Poe al español siempre tuve a mano la traducción de Baudelaire.»
Creo que un tour de force al que se refiere Cortázar puede ser entre otros, este párrafo de
The Black Cat:
(Poe) From my infancy I was noted for the docility and humanity of my disposition. My tenderness of heart was even so conspicuous as to make me the jest of my companions. I was especially fond of animals, and was indulged by my parents with a great variety of pets.
(Baudelaire) Dès mon enfance, j’étais noté pour la docilité et l’humanité de mon caractère. Ma tendresse de cœur était même si remarquable qu’elle avait fait de moi le jouet de mes camarades. J’étais particulièrement fou des animaux, et mes parents m’avaient permis de posséder une grande variété de favoris.
(Cortázar) Desde la infancia me destaqué por la docilidad y bondad de mi carácter. La ternura que abrigaba mi corazón era tan grande que llegaba a convertirme en objeto de burla para mis compañeros. Me gustaban especialmente los animales, y mis padres me permitían tener una gran variedad.
El «I was fond of animals» se refleja rotundamente en el «J’étais particulièrement fou des animaux» de Baudelaire, antes que la línea de Cortázar, « Me gustaban especialmente los animales». Acierta Cortázar en decir que Baudelaire se equivoca poco, pero sería mezquino no decir que él también se equivoca poco.
Concluye Cortázar: «Es inquietante y fascinante pero yo creo -y muy seriamente, le repito- que Poe y Baudelaire eran un mismo escritor desdoblado en dos personas.»
Es interesante señalar además, que Cortázar confiaba mucho en la versión de Baudelaire, tanto, que le resultó de lazarillo para sus propias traducciones de Poe. No habría de sorprenderse entonces que en la versión castellana exista una cuota de Baudelaire, pero esto Cortázar lo justificaría: son la misma persona.
El adjetivo
doppelgänger, estaría bien señalado para todo traductor dispuesto a realizar una versión memorable, irreprochablemente fiel, porque ya desde el momento en que osa reescribir lo ya escrito, revive el texto construido con las palabras del
otro y se convierte en su doble.
"DER DOPPELGÄNGER"
El elemento sobrenatural El gusto por los elementos irracionales y sobrenaturales figura entre las principales características de la literatura inglesa y alemana del período romántico. Esta tendencia se vio reforzada en un sentido por la desilusión con el racionalismo del siglo XVIII, y en otro por la recuperación de una abundante cantidad de literatura antigua (cuentos populares y baladas) realizada por Percy y los eruditos alemanes Jacob y Wilhelm Karl (Grimm y el escritor danés Hans Christian Andersen o el español Gustavo Adolfo Bécquer, que tanto influyó en los poetas hispanoamericanos. A partir de estos materiales surge, por ejemplo, el motivo del
doppelgänger (el doble). Muchos escritores románticos, especialmente los alemanes, se mostraron fascinados con este concepto, que en cierto modo refleja la preocupación romántica por la propia identidad. El poeta Heinrich Heine escribió un poema apócrifo titulado 'Der Doppelgänger' (1827); otra obra basada en el mismo tema es
El elixir del diablo (1815-1816), una novela corta de E. T. A. Hoffmann; y lo mismo cabe afirmar de
La increíble historia de Peter Schlemihl (1814), de Adelbert von Chamisso, un relato sobre un hombre que vende su sombra al diablo. Mucho tiempo después el gran maestro ruso Fiódor Mijáilovich Dostoievski escribió su famosa novela
El doble (1846), un estudio sobre la paranoia de un modesto oficinista.
Poema de Heinrich Heine que Franz Schubert utilizó en
uno de sus lieder del ciclo Schwanengesang.
Der Doppelgänger
Still ist die Nacht, es ruhen die Gassen,
In diesem Hause wohnte mein Schatz;
Sie hat schon längst die Stadt verlassen,
Doch steht noch das Haus auf demselben Platz.
Da steht auch ein Mensch und starrt in die Höhe,
Und ringt die Hände, vor Schmerzensgewalt;
Mir graust es, wenn ich sein Antlitz sehe -
Der Mond zeigt mir meine eigne Gestalt.
Du Doppelgänger! du bleicher Geselle!
Was äffst du nach mein Liebesleid,
Das mich gequält auf dieser Stelle,
So manche Nacht, in alter Zeit?
El Doble
La noche es silenciosa, reposan las calles,
En esta casa vivía mi amor.
Ella abandono hace tiempo la ciudad.
Mas la casa permanece en el mismo lugar.
También hay allí un hombre que levanta la mirada
Y retuerce sus manos, angustiado;
Me horrorizo al ver su rostro:
La luna me muestra mi propia faz.
Tú, mi doble, tú, pálido camarada,
¿por qué remedas las penas de amor
Que en este sitio padecí
Tantas noches, en otro tiempo?
Heinrich Heine. 'Der Doppelgänger' (1827)
Aqui la Canción¡¡