....La naturaleza ominosa del doble radica principalmente en la conversion de aquello que resulta familiar (heimlich) en algo incomprensible y extraño (unheimlich), tal y como advirtiera Freud en “Lo siniestro”. El cuerpo propio, obviamente familiar para el individuo, se transmuta en una prescencia siniestra cuando se duplica, sobre todo porque este proceso de desfamiliarización esta vinculado con la revelación de lo que , hasta la aparición del intruso, había permanecido oculto, hurtado a la memoria. Como explica Eugenio Trías partiendo del estudio de Freud:
“ En lo bello reconocemos acaso un rostro familiar, recognosible, acorde a nuestra limitació y estatura, un ser u objeto que podemos reconocer, que pertenece a nuestro entorno hogareño y doméstico; nada, pues, que exeda o extralimite nuestro horizonte. Pero de pronto eso tan familiar tan armónico con respecto a nuestro propio límite, se muestra revelador y portador de misterios y secretos que hemos olvidado por represión, sin ser en absoluto ajeno a las fantasias primeras urdidas por nuestro deseo; deseo bañado de temores primordiales”. ( Eugenio Trias. Lo bello y lo siniestro. Seix Barral. Barclona . 1982).
El Doppelgänger es identificable con el arquetipo de la sombra que Jung define en Aion, “ Aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconciente” ( Carl Gustav Jung (1951) Aion. Paidos. Barcelona 1997). Se trata pues de una personalidad de impulsos negativos, incluso siniestros, inherente a la esencia humana. Pero Jung considera la sombra como una faceta psíquica dinámica que el individuo ah de integrar en su vida consciente, pues resulta del todo imposible rechazarla o esquivarla sin que el acto comporte algún conflicto psicológico o moral.
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